Me ha sorprendido en estas últimas semanas, trabajando con adolescentes, su voluntad de reiterar que los celos son positivos y deben formar parte de una relación de pareja. Algunas chicas expresaron que no conciben una relación sin celos, ya que creen que si no hay celos es por indiferencia de uno y otro miembro de la pareja. No estoy en absoluto de acuerdo con estas afirmaciones por varios motivos.
Los celos no deberían existir, ya que son nocivos tanto para la persona que los siente como para la persona que los “recibe”.
Los celos provocan mucho malestar en la persona que los siente, y en la persona que es víctima de ellos. Por un lado, sentir celos muestra inseguridad por parte de la persona. Preocuparse en exceso por posibles cuernos o infidelidades muestra una preocupación excesiva por lo que pueda pasar, y poca confianza en la pareja y en uno/a mismo/a. Hace falta confiar y tener una relación sincera para vivir desde la tranquilidad. La posibilidad que se cruce otra persona siempre está presente, pero uno/a no puede vivir la vida de pareja en función de éso.
Por otro lado, pueden perjudicar gravemente una relación, la persona que constantemente recibe muestras de desconfianza puede sentirse ahogada por su pareja, y esa sensación de privación de libertad puede desembocar en distancia e incluso finalizar la relación. En ningún caso hay que dejar de quedar con amigos o amigas, pero se puede integrar a la pareja para que conozca el entorno de uno/a y vea que la vida antes de la relación recientemente empezada era ya muy rica en relaciones sociales y seguirá siéndolo.
Cuando una pareja nos da motivos para sentir celos una buena opción es hablar con ella, sin montar ninguna bronca. Planteando los motivos de su actitud, puede solucionarse la situación. En caso contrario, si la pareja no quiere hablar y tontea con personas delante nuestro, lo más sensato es no aguantar esa falta de respeto. En ningún caso tiene sentido entrar en un juego de: “te la voy a devolver doblada”.
Las líneas rojas con la pareja deben estar muy claras. Y los celos nos muestran una baja autoestima e inseguridad por parte de la persona que los siente. Se puede ayudar a la pareja a sentirse segura de sí misma, pero aceptar que los celos tengan un rol importante en la relación de pareja, es aceptar un juego peligroso que difícilmente acabará bien, ya que los celos nunca van a menos. Por muchas situaciones que se puedan prever, nunca podremos borrar cualquier opción de preocupación por parte de la persona celosa.
La autoestima es muy importante para tener claro que nos queremos y que no estamos dispuestos/as a aguantar según qué. Si sentimos celos debemos preguntarnos: “¿De qué tengo miedo? ¿Mi pareja me quiere? ¿Hay motivos reales para sentir celos? ¿Cómo me han tratado en el pasado? ¿Qué aprendí de experiencias pasadas? ¿Cómo quiero que sea mi relación hoy?” Y si recibimos actitudes celosas debemos plantearnos: “¿Mi pareja se da cuenta que con esta actitud no consigue lo que quiere? ¿Es capaz de cambiar? ¿Cómo la voy a ayudar en caso afirmativo?”
Buscar ayuda profesional puede ser una buena manera de superar los celos para la pareja, ya que los mecanismos que pueden haber activado los celos pueden venir de lejos, y la dinámica relacional puede estar viciada desde hace tiempo por ello.