Y me pilla en Atenas. Ciudad preciosa de un país en crisis, con una enorme riqueza cultural. Empachadas/os de cultura estamos, de museos, ruinas, paisajes helados… Hace mucho frío comparado con Barcelona, mi ciudad natal.
Y cada año al acabarse me viene la idea del balance. Lo hago cada vez que lo creo oportuno con mis clientes, y lo hago cada año que pasa de mi vida. Porque un año da para mucho. Aprendizajes, tristezas, jolgorios y experiencias de todos los colores.
Y en la vida, para valorar lo que tienes, a veces hay que pararse a escuchar y a observarse a una misma. Sólo haciendo balance de los aspectos no tan buenos de este año podremos valorar aquello que nos llevamos como ganancia. Y son esas ganancias que nos permitirán pedir por lo menos seguir tan bien como hasta ahora.
Sin embargo, lo más importante es siempre tener claro qué más queremos. Los anhelos, los deseos… Todo aquello que la vida de personas adultas nos arrebata, o todo aquello de lo que nos desconectamos a menudo en el proceso de crecer… Es muy importante conseguir reconectar en algun momento… en cuanto nos demos cuenta de que no estamos en contacto con ello, si es que no lo estamos… Pocas cosas dan tanta insatisfacción como sentir que una no está conectada con la vida, con lo que la apasiona, lo que la hace vibrar… La vida se hace cuesta arriba cuando una no sabe qué la ilusiona, qué anhela su corazón…. Por lo tanto, os recomiendo immediatamente que empecéis una búsqueda durante este año que viene si no la habéis empezado antes. Y si ya lo tenéis trabajado de hace tiempo, seguid con ello.
Qué anhela mi corazón? Qué deseos tengo? Qué ilusiones tengo para este año que viene? Y para mi vida en general?
Pensando en el largo plazo quizás no olvidaremos lo esencial ni lo más importante.
Feliz nuevo año de aprendizajes y experiencias!!
Que se cumplan vuestros anhelos y deseos. Los míos se cumplen cada año desde que pongo conciencia en ello.
😁😊😜😘