El enamoramiento es un estado emocional que conlleva un movimiento interno muy intenso, que provoca mucha alegría e incluso euforia. No podemos controlar los pensamientos, l
a sonrisa, sentimos unas mariposas, un nerviosismo que incrementa con la presencia de la persona que lo suscita. Cuando estamos separad@s de dicha persona, nos invade su recuerdo en todo momento y estamos de buen humor e incluso un poco alelad@s.
National Geographic nos explica por qué nos enamoramos.
Se podría definir como un estado de enajenación mental en el que no se es capaz de discernir realidad de ficción. Sólo vemos la cara positiva de la persona de la que nos enamoramos y somos cieg@s a sus defectos y aspectos no tan positivos para nuestra propia manera de ser. Su duración es variable, puede ir de días a meses, aunque algunas personas dicen haberlo vivido durante años. Por lo tanto, las decisiones tomadas durante la duración de ese estado alterado suelen ser erróneas. De hecho, las bodas exprés decididas y realizadas por personas enamoradas en un primer momento, acaban en divorcio mayoritariamente, dado que el fin del enamoramiento da paso a discernir y ver la persona en su dimensión global.
Bien es sabido que el “tsunami” que representa el enamoramiento, se puede ver alterado con la experiencia, debido a los errores cometidos en el pasado cuando un@ se enamora. Existen casos en que la persona tendrá miedo a enamorarse y a sentir tanto que se pierda en el otro. De esta manera lo evitará a toda costa, alejándose de la otra persona en cuanto tenga alguna sensación que le recuerde ese estado.
Otras personas disfrutan tanto del enamoramiento, que dejan a la pareja en el instante en que se acaba esa sensación tan placentera, para ir en busca de otra “víctima” y volverse a enamorar. Eso es propio de edades tempranas, sobre todo la adolescencia, pero también de personas inmaduras que no evolucionan, que tienen miedo al compromiso y no entienden lo que supone construir una relación de pareja. El miedo al compromiso es un tema en el que me extenderé más en próximas ocasiones.
¿Qué hacer cuando nos enamoramos?
Lo primero es disfrutar, ya que la sensación es muy agradable. Es cierto que si no somos correspondid@s, puede no ser tan agradable. Pero el hecho de tener la capacidad de sentir algo así es una experiencia muy placentera. Así que más vale sentirla alguna vez en la vida que no sentirla nunca. En el caso de no ser correspondidos, más vale no alentarla, retirarse a tiempo es algo muy sabio, muy digno y que va a preservar nuestra autoestima, que siempre debe estar por encima del amor a cualquier otra persona.
Lo que no debe hacerse, es tomar decisiones importantes respecto a la pareja que impliquen más compromiso durante ese periodo. Es positivo ser conscientes de su parte química que no controlamos, e intentar vivir la situación de manera tranquila, sabiendo que se acabará en algún momento.
Se puede disfrutar del enamoramiento mutuo, aprovechando esa época para intimar, compartir la excitación que conlleva, y pasar muchos momentos mágicos junt@s.
Si las dos personas están deseando consolidar una relación de pareja, cuando ese estado inicial termine, podrán construir esa relación que anhelan. Sin embargo, si una de las dos personas no lo desea así, no habrá nada que hacer. Ya que no hay pareja si un@ de l@s dos no quiere.
Lo fácil es enamorarse, lo difícil es mantenerse en pareja.
Es bueno no dedicarle todo el tiempo a la pareja en un inicio, conservar espacios propios es muy positivo para construir una pareja. Eso permite que no se convierta en una co-dependencia o una dependencia emocional y también contribuye a que no perdamos el norte.
Nuestra vida sigue y nuestras relaciones familiares, sociales, profesionales también. Por lo tanto, vale la pena conservarlas intactas.
Echarse de menos es bueno para mantener la llama viva. Si estamos todo el día junt@s, hacemos más fácil el empezar a ver cosas que no nos gustan de la otra persona y podríamos acortar esa especie de “luna de miel” que supone el enamoramiento.
El hecho de saber que se acabará, tiene que predisponernos a querer conocer a la otra persona, su realidad, su historia, su pasado y su presente, para poder decidir si queremos construir un futuro en común.
También puede ser que, estando en pareja, nos enamoremos de otra persona. En ese caso, hay que intentar hacer balance de la situación global. ¿Qué siento por mi pareja? ¿Sigo queriéndola? ¿Vale la pena dejarla o fallarle por un estado transitorio?
En definitiva, más vale pensar un poco antes de actuar. La impulsividad puede destrozar una relación de pareja; sin embargo, el hecho de sentir atracción por otras personas es totalmente corriente. Lo que hay que gestionar es la decisión a tomar: me dejo llevar y nadie se enterará, me dejo llevar y empiezo una relación con esta otra persona acabando con la actual, o sigo fiel y apuesto por seguir trabajando en la mejora de mi pareja. La infidelidad y su abordaje, da para más reflexiones en próximos posts.
Enamórate sí, pero poco a poco, con la experiencia y la edad, aprenderás a disfrutarlo en su justa medida. La construcción de la pareja, después de la fase de enamoramiento, es la parte complicada y también será sujeto de posts futuros.
NOTA: Las fotos son de licencia Creative Commons. La primera y la cuarta sacadas de Pexels. Las otras dos de Flickr. La segunda es de Seyed Mostafa Samani. La tercera de Carlos ZGZ.
