Soy psicóloga de formación, carrera universitaria que sirve como formación de base que abre muchas puertas profesionales. Cuando cursé mis estudios, como la mayoría de personas, no sabía que hubiera otra salida profesional que la de psicoterapeuta. Creía que la carrera te preparaba para poder hacer terapia a otras personas, pero nada más lejos de la verdad. La carrera es un paso imprescindible para posteriormente poder hacer una formación de master que te permita ejercer en ese ámbito.
Existen terapeutas no psicólogos que trabajan desde otras corrientes pero no está regulado. No entraré en que puede haber profesionales no psicólogos/as que hagan un gran trabajo, yo lo he comprobado por experiencia propia. (También las hay que no lo hacen bien). Tampoco entraré en que puede haber psicólogos con formación para ser terapeutas que no lo hagan bien (También las hay buenísimas). En este mundo hay de todo. Y no todo el mundo sirve para todos y todas.
Cuando acabé la carrera no tenía conocimientos ni experiencia para atender a personas y tampoco sabía a qué quería dedicarme. La psicología tiene muchas corrientes y puedes dedicarte a diferentes ámbitos a parte del terapéutico. Algunos ejemplos son el ámbito de la psicología educativa, de las organizaciones, el ámbito social, la neuropsicología, la psicología del tránsito, la psicología coaching… Dicho esto, el ámbito de la psicología clínica es el más conocido popularmente. Y dentro de esta está la evaluación psicológica, la terapia infantil y de adolescentes, la terapia familiar, la terapia sexual y de pareja, la psicoterapia de personas adultas, incluso especialización por temas específicos como los trastornos alimentarios, las adicciones, trastornos de personalidad…
Para trabajar en este ámbito hace falta una formación de master y/o postgrado que complemente y especialice al o a la psicóloga que quiera dedicarse a atender personas en consulta. Para trabajar en la sanidad pública hay pocas plazas y hay que realizar el concurso de oposición PIR (como el MIR en medicina, pero con muy pocas plazas en toda España). Para 2019 se ha dicho que saldrán 189 plazas, siendo psicología una de las carreras más estudiadas con miles de estudiantes por año en todo el Estado. Otra vía es el Master en psicología general sanitaria, que permite ejercer y es obligatorio para trabajar en consulta privada con población clínica. Para los que estudiamos antes del cambio de legislatura hemos tenido que convalidar nuestra experiencia profesional en psicología clínica a través del Departamento de salud para tener la acreditación como psicóloga general sanitaria.
A mi con la experiencia se me ha hecho evidente que los y las profesionales deben haber hecho un trabajo personal, ser personas equilibradas y con un nivel de madurez suficiente para poder enfrentar el difícil rol de atender a personas que sufren. Además es necesario que tengan un grupo de supervisión, o supervisiones individuales que les permitan tener un apoyo y la visión de más experiencia de psicoterapeutas experimentadas. No querer salvar a nadie, responsabilizar a la persona que quiere mejorar de su propia vida es muy importante para que ésta alcance la autonomía.
¿Por qué cuento todo ésto?
Porque la mala fama de la psicología es debida a que muchas personas ejercen sin la formación necesaria, o dicen ser lo que no son.
Si te atiende un/a psicólogo/a no psicoterapeuta, lo más seguro es que trabaje desde el síntoma contigo, y no vaya a la raíz del asunto. Trabajar lo que me preocupa hoy desde mi potencial hoy, para avanzar hacia objetivos fijados es coaching, y nada tiene que ver con atender el malestar que me afecta de aspectos de mi pasado que nunca he trabajado.
Según Villegas en su página web www.centroitaca.com,
Dice que la psicoterapia
«La psicoterapia es una modalidad de intervención psicológica, orientada a movilizar los recursos del propio sujeto para hacer frente a los trastornos emocionales, que acompañan inexorablemente a la existencia humana. Tales trastornos son el resultado de conflictos relacionales o déficits evolutivos, que dificultan la adaptación a las vicisitudes de la vida cotidiana. Aunque en algunos casos la psicoterapia puede resultar compatible con tratamientos psicofarmacológicos o psiquiátricos, presenta una autonomía propia y característica, que la distingue claramente de aquéllos.
En efecto, su finalidad no es tanto reparar o estabilizar el estado de ánimo, sino favorecer el desarrollo personal y potenciar la adquisición de habilidades y recursos para regularlo. La aceptación en los procesos de duelo, la superación de las dependencias emocionales, la reducción de los miedos y las fobias, la recomposición de las relaciones, el aumento de la autoestima, una mayor tolerancia a la frustración, la regulación de los impulsos, la liberación de las adicciones, la consecución de un mayor grado de autonomía, son objetivos específicos, entre otros, de la psicoterapia.»
Como dice Thomas Szasz (1961):
«La psicoterapia es un método eficaz para ayudar a la gente no a curarse de una
enfermedad, sino a aprender mucho más de sí mismos, de los demás y de la vida».
