El Ego te hace querer destacar por encima de los demás, te pide reconocimiento, quiere crecer constantemente para que le admiren… Busca el aplauso para sentirse bien.
El Ego te protege de ser tú mismo/a. Se siente fácilmente ofendido y se defiende, entrando en conflicto con los y las demás. Te hace ser terco/a, no aceptar otros puntos de vista y ser rígido/a en ocasiones.
Como decíamos se siente ofendido aunque no haya ofensa, porque no acepta ningún tipo de crítica, y le cuesta reconocer las debilidades. El Ego no quiere mostrar debilidad alguna, cree que no se puede ser vulnerable, creando una coraza artificial.
El Ego te protege de ser tú mismo/a. Cuando estás egocentrado/a, es difícil empatizar con el entorno, sólo ves lo que te sucede a ti.
Orgullo, vanidad, soberbia, se relacionan directamente con el Ego.
Muchas veces nos molestan los Egos ajenos. A nuestro propio Ego no le gustan los competidores. Querer destacar es una constante, y si otros destacan más, hacen sombra e impiden que el propio Ego brille.
La ausencia de Ego es la autenticidad pura. Es saber que todos/as somos únicos/as y diferentes y que ninguna persona es más que otra.
Todos y todas destacamos por aspectos de nuestra vida, todos y todas tenemos capacidades y habilidades que nos permiten destacar. Pero la ausencia de Ego es vivirlo de manera natural, celebrando las especificidades de cada persona desde la misma perspectiva, dándole la misma importancia.
La crítica nos permite crecer, sin Ego, podremos aceptar bien las opiniones ajenas y crecer con ellas, en lugar de verlas como ataques, reconociendo los puntos fuertes y las debilidades al vernos como quienes somos.
Sin Ego no somos víctimas, no sentimos pena por nosotros/as mismos/as, simplemente aceptamos lo que nos sucede tal y como es y tal y como viene.
La ausencia de Ego nos permite escuchar otros puntos de vista y opiniones, aceptarlos e integrarlos, sin sentir que los nuestros son menospreciados o que corren algún peligro. Hay tantas opciones como personas en el mundo.
Sin Ego caben la espontaneidad, el cambio, el aprendizaje, la flexibilidad.
El éxito de las personas que queremos es nuestro éxito. ¡Si triunfa uno/a triunfa el equipo! Vivir las alegrías ajenas como propias es la mejor manera de vivirlas sin Ego, sin envidias. Aquéllo que repartas será lo que recibirás.
Sin Ego no queremos ser quienes no somos, simplemente somos.