Es cierto e internacional.
Qué fácil es ver lo que pasa en los demás, alrededor nuestro, y qué difícil es ver lo que hacemos nosotros/as mismos/as con objetividad.
¿Te molestan las actitudes, formas de hacer, de hablar, de otras personas? ¿Te sientes molesta/o en ocasiones al escuchar ciertas palabras? ¿Te saca de quicio alguna persona en concreto?
Fíjate, haz un ejercicio.
Cuando estés criticando a alguien, por ser demasiado emocional, o por gritar constantemente, o por cualquier otro motivo, piensa… ¿Qué hay de mi en ello? Rememora momentos en los que has podido comportarte así… Y te darás cuenta que sí, que en ocasiones eres tan emocional como esa persona, que puedes gritar tanto como ella…
Son cosas tuyas que no te gustan de ti. Cada molestia externa, es una molestia interna que si no aceptas, te incomodará siempre.
Cada vez que te molesta algo de alguien, es algo que te molesta de ti misma/o. No lo dudes. Los demás son espejos, y nos muestran aquéllo que no queremos o que no nos gusta ver de nosotros/as mismos/as.
Es un aprendizaje difícil de hacer, dado que si algo te saca de quicio, es difícil reconocerlo y aceptarlo en ti mism@.
Pero sé sincer@, reconócelo y ríete de ello. Aceptar lo bueno y lo malo de un@ mism@ es muy importante para vivir en paz. Y la paz interior es muy importante para tener calidad de vida y no tener voces críticas que te dictan, te remueven y te hacen ver las cosas negativas de las personas.
Puedes entrenar la mirada amable, la mirada que se fija en lo bueno, en el potencial de las personas. A la vez que entrenas la mirada amable hacia ti mism@, la que te permite ver todo lo que eres y todo lo que vales, con tus cosas buenas y tus cosas mejorables.