El mapa no es el territorio es una de las premisas de la PNL. El territorio es la realidad, y el mapa es una simplificación de éste, para facilitarnos el poder desenvolvernos en él.
Nos guiamos, nos relacionamos, nos movemos en la vida con nuestro mapa, cada persona con el suyo propio. Nuestro mapa lo hemos montado a partir de la educación recibida, nuestros conocimientos, nuestra cultura, nuestros hábitos, nuestra religión, nuestros valores, y todo aquello en lo que creemos… Con él interpretamos el mundo, creyéndonos que nuestro mapa es la realidad.
Y es que Cada individuo cree que su verdad es La Verdad.
Nos identificamos con lo que estudiamos, con lo que aprendemos, con los conocimientos que tenemos, con lo que hacemos en la vida… Nos acostumbramos a creer lo que nos dicen, “lo han dicho en la tele”, “lo he leído en el periódico”, “lo ha dicho el Papa de Roma”… Nuestro sistema educativo está basado en la acumulación de conocimientos y no tanto en el cuestionamiento y la visión crítica. Y desde nuestra visión intentamos convencer al otro.
Sin embargo, cuánto más desapegados estemos de nuestras creencias y en consecuencia de nuestro mapa, más fácil nos será incorporar otras creencias y puntos de vista. ¿Para qué queremos enriquecernos con más visiones y ser más flexibles?
Nuestra manera de vivir, de ver el mundo, nuestros valores, todo puede entrar en crisis, si no somos flexibles. A la vez, necesitamos recursos para superar lo que nos pasa en la vida, las situaciones adversas, el cambio a una situación de más precariedad o riesgo de exclusión social debido a la coyuntura económica actual, por nombrar algunos ejemplos. La flexibilidad nos ayuda a aprender, a salir de las situaciones adversas, a adaptar nuestra forma de funcionar en el mundo en una nueva situación.
¿Cómo relativizar la realidad en la que vivimos, para ser flexibles y aceptar lo que venga?
Viajar es una forma muy evidente de aprender que cada país es un mundo, un territorio diferente y que los mapas creados desde cada uno de ellos también responden a otra realidad. Trabajar con personas en general y con personas procedentes de diferentes orígenes en concreto, es otra manera de ver las muy diversas visiones y maneras de entender la vida que hay en el mundo. Y a la vez, permite relativizar la propia visión.
Cultura, educación, familia, religión, creencias religiosas y prácticas o ausencia de ellas, costumbres, experiencias, todo ello impacta en cada individuo en su visión e interpretación del mundo.
Os explico una experiencia personal que puede ilustrar todo lo expuesto anteriormente.
Hace unos años, trabajé durante 3 años en Marruecos en proyectos de Cooperación al Desarollo, con la Asociación Casal dels Infants de Barcelona. En esa experiencia profesional y personal, pude darme cuenta de manera mucho más vivencial de lo mucho que nos condiciona la cultura en nuestra forma de actuar y relacionarnos y a la vez en nuestra visión del mundo.
Al principio tuve esa sensación de ser un pez fuera del agua.
La ciudad de Tánger es grande y caótica, y su centro está lleno de vida, me recuerda las Ramblas de Barcelona en hora punta. Sin embargo, la gente no actúa como yo estoy acostumbrada. Se escuchan gritos por todas partes, me parece que había mucha agresividad y peleas constantes. La gente se saluda con varias frases seguidas, muy de prisa “¿cómo estás? ¿bien? ¿todo bien? ¿la familia bien? ¿los amigos bien? ¡Gracias a dios!” acompañado de un gesto con la mano… Cada día, con cualquier persona conocida que se cruzan hacen el ritual. La práctica del Islam, está muy presente… Los cinco rezos al día, hacer las cosas en nombre de dios pronunciando “Bismillah” antes de iniciar cualquier acción, o agradecer todo a dios “Alhamdulillah” constantemente. El caos de la circulación se sortea de manera temeraria, cruzando la calle entre los coches casi sin mirar (porque ya frenarán…) La separación que existe entre hombres y mujeres en el espacio público, los cafés y sus terrazas para los hombres, los cafés para mujeres más resguardados…
Todos estos ejemplos al principio me chocaban mucho, pero al cabo de poco tiempo los incorporé y empecé a cambiar mi comportamiento de manera refleja, sin darme cuenta. También incorporé esa forma de comunicar, lo que me pareció agresivo al principio, entendí que era una forma de interacción muy pasional y expresiva. Me sentí a gusto usando los códigos sociales de esa sociedad, y también los y las marroquíes se sintieron más cómod@s conmigo. Me dejó de sorprender la cotidianidad.
Cuando volvía a Barcelona, tenía que reaprender nuestra manera de funcionar, porque me estaba acostumbrando a esa otra forma de vivir el día a día. Y podía sentirme un poco fuera de lugar en mi propia ciudad.
Evidentemente, detrás del sistema educativo y de la cultura en Marruecos hay una forma de entender la vida, el mundo, un peso de la religión muy fuerte, y mi visión occidental y laica chocaba constantemente con esa realidad. Lo importante es que yo no tenía razón, porque la vida no es como me la han contado ni como yo me he creído que es.
La vida es diferente en cada país, en cada ciudad, en cada barrio, en cada calle, en cada casa, para cada hijo de vecino… Este ejemplo es muy evidente, pero como este hay mil. En tu misma ciudad, en tu misma familia, en tu grupo de amigos, en tu pareja, cada persona tiene su verdad.
En toda intervención social, comunitaria, con personas se tiene en cuenta que la realidad en sí, nadie la conoce, que todos partimos de nuestra visión de esa realidad.
Desde los proyectos de acción social, se intenta ayudar a las personas que lo necesitan, teniendo en cuenta el contexto en el que se interviene, el barrio, la cultura local, y a la vez teniendo en cuenta las diferentes comunidades que conviven en dicho contexto. Y cada persona podrá aprovechar dicha intervención en función de su flexibilidad, su disposición al aprendizaje, su capacidad para incorporar otras visiones y otras maneras de hacer y vivir.
Este es un marco general desde el que poder enfocar la Intervención en Acción Social y en Cooperación al Desarrollo. Seguiré compartiendo temas y experiencias relacionados con el trabajo desde el Tercer Sector.
NOTA: Dos fotos de Tánger propias, el resto de PEXELS.